Existen diferentes maneras de ...estar "preso: teniendo como fin de tu día a día los logros materiales,
o estando a cada momento pendiente de tu actividad interna
Tu ansiedad por lograr un estatus, una casa que reuna este y aquel requisito(siempre faltan cosas),
dinero...o el camino hacia la iluminación o la sabiduría...son hilos sutiles del un mismo "tejido".
Otro papel, diferente personaje...que camuflan una misma "creacción" inconsciente...que te mantiene prisionero.
El ser que espera un resultado, ya sea material pero también el espiritual....en realidad, ansía un "lugar seguro"
....donde encontrarse a salvo....de"su miedo"
...Obtener reconocimiento, pertenencia.....algo con lo que ser reconocido.
...¡Qué cansancio!.....así todo el dia se convirte en un esfuerzo: Una prueba o una lección
...un"estar en vilo" interminable,
donde nada es prfecto, por que siempre queda algo por conseguir.
Habitando en un deseo permanente
Esperando...una ganancia ....un beneficio interno o externo...que coloca nuestro logro siempre en el futuro
.....por que el presente siempre es incompleto y dependiendo siempre del resultado
Es de ese lugar del que surge el conflicto...que muchos intentan "sanar" con autodisciplina, discriminación:
¿qué me gusta y qué no me gusta?....para "habitar" en el primero.
Pero la vida....es ¡para vivirla...plenamente.!
....sin luchar....
....saliendo de este conflicto interno permanente....
haciéndose plenemente conciente de que existen dos polos en tu interior:
Uno que "desea"...y otro que "desea no desear"
Dos caras de la misma moneda.
....Convirtiéndose en observador....sin represión ....siendo consciente pleno del momento
y el sentimiento presente.
Así el conflicto irá cesando....y naciendo...el Hombre Nuevo
Disfrutando con naturalidad de cada instante, de la magnitud y la mágia que se encuentra
detrás de cada vivencia.
....Haciendo de cada respiración de vida algo transcendente...
Que te haga llenar tus pulmones de aire, ...cerrar tus ojos echándo hacia atrás tu cabeza
extender tus brazos....y esbozar una sonrisa.
MªJesús Obeso
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